martes, 2 de julio de 2013

Espíritu juvenil en el musical


Pocas cosas refrescan tanto la escena como cuando cae un viejo prejuicio: cuando los rótulos que ubican a los artistas en compartimentos estancos se disipan y una nueva generación de talentos se encarga de demostrar que está preparada para todo. Este año, el nuevo aire parece venir de la mano de un puñado de jóvenes todoterreno que, luego de pisar fuerte en la pantalla chica, irrumpieron en el teatro musical con la fuerza de quien llega para quedarse. El ex Teen Angel Peter Lanzani y la ex Patito feo Laura Esquivel son sólo dos de los referentes de este nuevo grupo, ambos protagonistas de dos de las grandes producciones musicales del año ( Camila, nuestra historia de amor y Los Locos Addams , respectivamente). A la lista se suman Natalie Pérez y Santiago Ramundo, también integrantes del elenco de Camila, y Florencia Benítez y Pablo Martínez, quienes, en la escena off, forman parte de Borracho , un after musical, escrito por Leo Bosio.

Fuente: LA NACIÓN

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DESDE EL OFF


Pablo Martínez y Florencia Benítez forman parte hoy de una propuesta de la escena alternativa: Borracho, un after musical, una pieza de Leo Bosio que protagonizan junto con el dramaturgo y director y Josefina Scaglione.

Benítez comenzó su camino en el musical de la mano de la dupla Cibrián-Mahler con El jorobado de París y Drácula, y luego se especializó como cantante en ópera y zarzuela. La televisión para ella fue un paso posterior al teatro y llegó en 2010, con el ciclo Sueña conmigo, de Nickelodeon. Hoy se reparte entre el teatro y Violetta, la tira juvenil en la que encarna a una seductora villana. "El actor descubre otra faceta en la tele, que tiene que ver con trabajar con otros tiempos y con otra dinámica. Hoy, desde el escenario me doy cuenta de que es súper redituable lo que pasa con la tele porque te ven, te asocian y mucho de ese público es el que está en la puerta para vernos en el teatro. Es más inmediato lo que pasa con la tele." Por otro lado, asegura que pasar por la experiencia teatral le da al actor una formación que a la hora de trabajar en televisión se hace evidente. "Para mí, la formación es fundamental. Si vos venís del teatro y venís de estudiar, a la hora de plantarte en la tele tu posición es otra. Si bien yo no tenía idea de cómo pararme delante de una cámara, no me achiqué nunca porque sé que vengo con una herramienta, que es la del teatro. El estudio es una herramienta fundamental y soy una convencida de que más allá de la tele, si uno puede participar en obras, en proyectos de autogestión, eso te forma como actor y te hace pararte de otra manera."

Pablo Martínez, su compañero de elenco, transitó un camino distinto, casi inverso. Comenzó en televisión, con el ciclo Casi ángeles; luego trabajó en la tira Supertorpe, y ahora forma parte del elenco de Aliados. "En tele vos sabés que tenés otra oportunidad. Si bien siempre se trata de resolver, podés "ir de vuelta". El teatro es el arte de resolver en el momento, y eso genera una adrenalina impresionante. La sensación es única", dice. Con respecto al trabajo del actor en el teatro y en la pantalla chica, Martínez asegura que se trata sólo de distintas plataformas para encarar, en esencia, el mismo oficio. "Juego mucho al tenis y siempre me imagino al gran actor como el gran jugador de tenis. Es bueno en todas las canchas: en cancha de pasto, polvo de ladrillo... en la que le toque jugar."

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